Son más que frecuentes las rabietas en los niños. Es más que desesperante tener que recogerle todos los juguetes todos los días.
Por más que lo repitamos mil y una vez, hacen lo que les da la gana. ¿Necesitamos llamar a la Súper Nani todos los días? No, aunque a veces lo parezca.
Según la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE), este tipo de comportamiento suele ser un problema de autoestima del niño.
«Si le repetimos constantemente que es un "niño malo" ajustará su comportamiento a ese juicio y realmente será un niño malo. Si le decimos que es un niño responsable, y le damos oportunidades para hacerlo terminará siéndolo. Es un problema de la autoestima que tenga el niño», explican.
Todo niño normal, aseguran desde la AMEI-WAECE, nace con el potencial necesario para alcanzar la salud mental y el equilibrio emocional.
Y algo indispensable para lograr este objetivo es poseer una autoestima elevada, que se fundamenta en la creencia del niño de ser digno de amor y que importa por el hecho de existir, sintiendo que se valora y respeta su individualidad.
El niño, prosiguen desde esta entidad, posee cualidades y recursos internos suficientes para gustarse a sí mismo.
«Desde que nace aprende a verse como considera que le ven las personas que le rodean. Su imagen la construye en función del lenguaje verbal y corporal, las actitudes y los juicios que sobre él emiten las personas que considera importantes. Se juzga a sí mismo comparándose con los demás y según sean las reacciones de éstos hacia él. La opinión de sí mismo afecta su estabilidad y constituye el núcleo de su personalidad, determinando la forma en que utiliza su potencial».
Estos son las
recomendaciones de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE)
para lograr una buena autoestima en tus hijos:
1.—La autoestima alta surge de las experiencias positivas, produce en los niños seguridad, propia aceptación y la confianza suficiente para poder realizarse en todas las áreas de la vida. Con un buen nivel de autoestima las expectativas sobre sí mismos son apropiadas, alcanzando en el futuro la estabilidad emocional.
2.—La autoestima pobre da lugar a la inseguridad, una escasa resistencia a la frustración, un bajo sentido de quién es y provoca ansiedad. «El niño se siente inepto y carece de motivación para relacionarse de forma positiva o comenzar nuevos aprendizajes. Suele ser una de las principales causas de las conductas desadaptadas en la infancia ya que cuando el pequeño tiene un concepto negativo de sí mismo, cree ser “malo” y adapta sus comportamientos a este juicio. Normalmente, por ello se le regaña, juzga, castiga y rechaza, arraigando en él con más firmeza la convicción de “ser malo”. Por necesidad de coherencia interna evita entonces que le lleguen mensajes positivos», indican desde la AMEI-WAECE.
El modo como nos vemos a nosotros mismos, a los demás y al mundo que nos rodea se crea durante la infancia en el ámbito familiar. Las impresiones que adquirimos entonces, nos acompañan toda la vida.
Los padres pueden y deben fomentar una autoestima elevada en sus hijos siguiendo unas pautas sencillas, pero valiosas. Precisamente por su gran valor es preciso insistir en algunos aspectos como:
3.—Que el niño o la niña se considere aceptado y amado incondicionalmente. No basta con que le demos todo nuestro amor, debemos asegurarnos que él lo siente y experimenta. Tiene que percibir que se respeta y acepta su individualidad. Aceptar al niño significa quererle por cómo es no por cómo nos gustaría que fuese y, sobre todo, no confundir el valor de su existencia con el de su comportamiento.
4.—Tiene que sentirse valioso, útil y capaz, vinculado a los grupos que pertenece (familia, clase, etc.) y recibir de éstos seguridad y confianza; interiorizando formas de conducta positivas porque no se hacen juicios de valor sobre su persona, sino sobre aspectos de su comportamiento.
5.—Debe desarrollar seguridad interior para afrontar con éxito las dificultades que se le presenten. Para conseguirlo se le pedirá que concluya las tareas que comience, se le asignarán responsabilidades en función de su edad y capacidad, no se hará nunca por el niño aquello que sea capaz de hacer solo, se le ayudará a aceptar las consecuencias de sus acciones y a medir sus posibilidades antes de comenzar una actividad.
6.—Que pueda afirmarse como individuo. Cada niño es único e irrepetible y necesita sentirse distinto a los demás. No es cierta la creencia de que los padres deben tratar a todos los hijos por igual, tienen derecho a las mismas oportunidades, pero cada uno tiene unas características y necesidades distintas. Es importante que se sienta especial y singular.
7.—Proporcionar un ambiente sin condiciones para expresar libremente sus sentimientos y cuidar las expectativas inadecuadas. Se fomentará así su capacidad crítica, permitiendo que piense por sí mismo, aunque no coincida con los pensamientos de los padres o de otros adultos.
8.—Cuidar que su individualidad no se convierta en individualismo egoista.
9.—Que adquiera unas pautas de conducta y una escala de valores personales que le sirvan de referencia para que su forma de pensar y actuar adquiera coherencia, para que aprenda a distinguir el bien del mal.
10.-Los padres, y posteriormente los educadores, son las personas cuya estima y aprobación busca con más esfuerzo, por ello deben convertirse en los modelos que intente imitar. Los modelos que se proporcionan deben ser coherentes en sus mensajes y actuaciones.
Si seguimos estos pequeños consejos, concluyen desde Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE), «nos ahorraremos llamar a la Súper Nani, que no deja de ser un incordio meter al quien en casa. Es más aconsejable llevar al niño o niña a una Escuela Infantil, de las legales, de las que tienen autorización por Educación, y ellos nos ayudarán a conseguir el grado de autoestima que ocasionará un comportamiento adecuado, un comportamiento de niño no estresante».
Sobre la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE)
La es una entidad asociativa totalmente independiente y sin ánimo de lucro, cuyo fin básico es la ayuda a los maestros y padres de los niños más pequeños. Se constituyó a finales de 1991 como movimiento de renovación pedagógica de la educación infantil (de 0 a 6 años).
Es Compañero de Primera Infancia de UNESCO, está Asociada al DPI/NGO de las Naciones Unidas (UN), es miembro de la Sociedad Civil de la Organización de Estados Americanos (OEA), entre otros. Desde sus orígenes tiene firmado con el Ministerio de Educación un convenio para la formación continua de los trabajadores del sector, así como con la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid (donde reside su Sede Central). Más información en
www.waece.org
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www.abc.es/familia-padres-hijos/20141205...ona_apertura-a1__016