El padre se enteró del embarazo durante el parto; el matrimonio, que tiene otros tres hijos, está en crisis y la mujer estaba angustiada
Catalina A. M., de 37 años, y su marido, ambos de origen colombiano, no estaban pasando un buen momento. Su relación estaba en crisis.
Con tres hijos de 4, 5 y 11 años, decidió ocultarle su último embarazo porque él no quería más descendencia.
Su pareja se enteró el pasado 30 de junio, cuando llegó a casa y le dijeron que ella había ido al Hospital del Henares (Coslada) «porque no se encontraba bien». Cuando preguntó en el centro sanitario le informaron de que su mujer estaba en el paritorio.
Él se enfadó por ello y la relación se enrareció aún más, si bien el pequeño Marco, como fue bautizado por las enfermeras, ha estado perfectamente atendido en todo momento. Hasta que su madre decidió arrojarlo, presuntamente, a un contenedor de basura el pasado miércoles.
Ahora, la vida de esta familia se ha roto para siempre. El pasado día 15 por la tarde Catalina fue detenida por la Guardia Civil y ayer ya durmió en la cárcel. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Coslada decretó su ingresó en prisión provisional, comunicada y sin fianza, acusada de tentativa de asesinato.
La tetina del biberón, clave
Fue, presuntamente,
ella quien, al filo de las siete de la mañana, recorrió los 160 metros que separan su domicilio de una zona de contenedores subterráneos, situada en un lugar poco transitado de la avenida de los Toreros. Nadie la vio. Levantó la tapa del de residuos orgánicos, arrojó a su bebé de 15 días a la basura y regresó a su vivienda.
El niño estuvo
a punto de morir asfixiado si no llega a escuchar sus gemidos un vecino que paseaba a su perro. Después, la rápida actuación de los agentes del Instituto Armado y de los operarios municipales, que lo rescataron del cubo metálico, un auténtico horno por la combustión de los deshechos, hicieron posible el milagro.
Catalina había introducido a su pequeño en una bolsa de plástico de color negro que envolvía una mochila del mismo color con un chupete y un biberón. La tetina ha sido la clave que ha conducido a la rápida resolución del escabroso suceso. Se trata de un modelo que los laboratorios repartieron en su día a cinco hospitales de la región, entre ellos el del Henares, en donde fue ingresado Marco.
A partir de esa pista y con el grupo sanguíneo del niño, A-, (que pasa de madre a hijo), se fue tirando del hilo que condujo a las personas que habían dado a luz en los últimos quince días. Las posibilidades se fueron acotando, hasta llegar a la madre de Marco, quien en un primer momento negó no solo estar involucrada en ese terrible suceso si no, incluso, haber dado a luz, según precisaron fuentes de la investigación.
Sin embargo, las evidencias y el no poder justificar dónde se encontraba su bebé hicieron que, finalmente, acabara reconociendo ante los agentes de la Policía Judicial de Rivas-Vaciamadrid que fue ella «la que lo arrojó a la basura» porque «su marido no quería tener más hijos y estaba angustiada» por ese motivo. Este último extremo fue corroborado por él, ajeno al abandono, cuando acudió a testificar, así como por su entorno. Su cuarto embarazo –que, al parecer él le habría reprochado cuando nació el pequeño– no llegaba en un buen momento. Ella optó por callar y tenerlo, para después, tomar esa fatal decisión, que nadie acierta a comprender.
-
www.abc.es/madrid/20150717/abci-madre-be...ra-201507162140.html