La madre, que le dejó tapado con una manta a 33 grados, alegó que se había ido a un recado en el entorno de El Cuadro.
«Empezamos a escuchar los lloros de un bebé y enseguida comprobamos que venían de un coche que estaba aparcado a la puerta», explican las comerciantes de los negocios situados a la altura del número 1 de la calle Espíritu Santo.
Allí, en el interior de un Toyota Yaris con las
ventanillas subidas y estacionado a pleno sol cuando los termómetros marcaban 33 grados, observaron «a un
niño tapado por completo con una manta cubriendo la sillita del coche y al que apenas se le veían los pies».
Eran las 12:54 horas de ayer y
enseguida avisaron al 112 después de buscar sin éxito a sus padres en los bares y establecimientos del entorno.
Los agentes comprobaron que en el interior del vehículo había un bebé, que para entonces
había dejado de llorar y apenas se movía bajo la manta que cubría la sillita.
«Los agentes entendieron que la vida del niño podía correr peligro y
decidieron romper una ventanilla con la defensa»
El niño, de
tan solo cuatro meses, «estaba asfixiado, salió completamente rojito porque al coche le estaba dando el sol a saco a esa hora»,
Los agentes se llevaron al pequeño al bar de enfrente (‘Oh, la, la’), en la plazoleta de San Juan Bautista, y allí le refrescaron y le dieron agua cuando apareció
la madre», una mujer de 35 años que, según los testigos, «parecía bastante tranquila» y que «llegó a decir en varias ocasiones que
‘vaya un bochorno’».
el bebé permaneció 21 minutos como mínimo en el coche.
La madre, que se hizo cargo del bebé y se comprometió a llevarlo a un centro de salud,
será investigada ahora por un juzgado por si los hechos son constitutivos de delito.
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