La escasa rentabilidad de los depósitos o las malas prácticas bancarias en la comercialización de productos de renta variable, determinantes para que la inversión en renta variable alcanzase en 2014 los 32.800 millones de euros, la cifra más alta de Europa.
Tal como viene siendo habitual en los últimos años la banca sigue derivando los ahorros familiares hacia productos de renta variable, en los que el riesgo de no retorno del capital invertido es mayor. Así lo detecta la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que, en su informe correspondiente al año 2014 indica que los flujos canalizados hacia la renta variable alcanzaron un importe próximo a los 32.800 millones de euros, la cifra más alta de toda Europa.
La CNMV ha observado un cambio significativo en la composición de la oferta de fondos de inversión, con un abandono de los productos garantizados. En total, en 2014 el patrimonio de los fondos de inversión creció un 26,8%, hasta 198.719 millones de euros. El regulador detecta un cambio significativo en la composición de la oferta de fondos con la pujanza de las categorías de renta fija y renta fija mixta y con la confirmación del despegue de los fondos de gestión pasiva, en su mayoría fondos con objetivo de rentabilidad no garantizado.
Dentro de las inversiones financieras realizadas por los hogares, que ascendieron al 1,7% del PIB en 2014, cabe destacar el protagonismo de los fondos de inversión (2,6% del PIB) y, en menor medida, de otros activos de menor riesgo relativo. Por el contrario, se observaron desinversiones en depósitos e instrumentos de deuda a largo plazo, así como caídas del saldo de depósitos del sector privado (desde 1,31 billones de euros hasta 1,29 billones).
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