Son más recomendables los
depósitos frente a los pagares por 2 razones:
- Liquidez. Los depósitos son, por lo general, más fáciles de cancelar que los pagarés, ya que los segundos tienen que ser vendidos en un mercado secundario, por lo que cuesta más venderlos y, además, se puede (y suele) perder dinero al hacerlo. Los depósitos, en cambio, siempre garantizan el 100% del capital invertido en caso de cancelación anticipada, y si hay penalización se limita a los intereses
- Riesgo. Los depósitos cuentan con el respaldo del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que garantiza hasta 100.000 euros por titular y entidad en caso de quiebra. En los pagarés, sin embargo, la única garantía es la solvencia del banco en cuestión"