Este 8 de noviembre conmemoramos el Día Mundial del Trabalenguas, esos textos breves creados para que su pronunciación sea difícil por la conjugación de palabras similares.
La historia del trabalenguas comienza en la antigua Grecia, donde las personas sabias inventaban enigmas, paradojas y juegos de palabras con fines educativos. Además, la dicción del trabalenguas evidenciaba a aquellas personas que debían dedicarse a la oratoria, y aquellos que solo debían trabajar.
La Cultura Griega consideró que la persona que pronunciaba, sin trastabilleos, los trabalenguas debía ser admirada por su conocimiento y su buena lectura.
Las cosas no han cambiado. En la actualidad, la dicción de los trabalenguas ayuda a mantener la mente y el habla en un estado óptimo y funcional. Al intentar pronunciarlos bien se mejora la dicción de una forma a veces poco evidente.
Por su parte, debido a que los
trabalenguas de animales tienen su inicio en Grecia, existen en muchos otros países y son emitidos en todas las lenguas tanto Inglés como Francés o Italiano.
Si se intenta pronunciar un trabalenguas rápidamente y complicado se puede aprender el nombre del mismo, ya que la lengua se traba intentando decir estas frases constantemente.
Los tres trabalenguas más conocidos son:
“Tres tristes tigres comían trigo en un trigal”
“En la calva de un calvito,
un clavito clavó Pablito.
Pablito clavó un clavito.
¿Que clavito clavó Pablito?”
“El cielo está enladrillado, ¿quién lo desenladrillara? El desenladrillador que lo desenladrille un buen desenladrillador será.”