La
ropa femenina es una de las debilidades de toda mujer y mi novia no se ha quedado atrás. Cada vez que salimos de paseo y tiene la oportunidad de entrar a cada tienda que ve, lo hace y yo solo la observo enamorado; su rostro se le ilumina y sus ojos van admirando cada prenda que selecciona. Es curioso que nosotros solo podemos admirarlas y cuando nos toca a nosotros salir de compras, vamos por algo que ya hemos seleccionado un par de semanas atrás. ¡Somos más básicos en ese sentido! Sin embargo, me considero uno en un millón porque me encanta salir de compras con mi novia y no me aburro en el intento. ¿Curioso, no?