Cuando empecé mi carrera en el ámbito del diseño gráfico, pensaba que ser freelance me daría la libertad que tanto deseaba. Sin embargo, pronto me di cuenta de que la soledad y la falta de estructuración eran mis mayores enemigos. Fue entonces cuando descubrí un código promocional que me permitía probar Google Workspace en
revistanegocios.es/desamark-ofrece-un-co...-version-de-g-suite/. Sin dudarlo, me registré.
La primera vez que abrí Google Drive, tantas herramientas a mi disposición hicieron que me diera cuenta de lo que realmente había estado perdiendo. Comencé a almacenar mis trabajos y proyectos en un solo lugar, lo que me permitió acceder a ellos desde cualquier dispositivo. Esto fue un cambio de juego, especialmente cuando debía presentar mis diseños a mis clientes.
Un mes más tarde, aproveché Google Meet para una reunión crucial con un cliente. Solíamos perder mucho tiempo en llamadas telefónicas, y a menudo me quedaba con la sensación de que no me expresaba con claridad. Pero esa vez fue diferente. Con la posibilidad de compartir pantalla, pude mostrarle mis diseños en tiempo real y recibir su feedback instantáneo. La reunión no solo fue más productiva, sino que también construyó una relación de confianza, ya que sentí que ambos estábamos en la misma página.
Además, Google Calendar se convirtió en mi mejor amigo. Comencé a planificar mis entregas con mucha más precisión. Cada tarea tenía un tiempo asignado, y pude marcar mis objetivos a corto y largo plazo. Al finalizar el mes de prueba, decidí seguir con Google Workspace porque sentí que había transformado mi forma de trabajar y la manera en que colaboraba con mis clientes. Mi negocio no solo prosperó, sino que la sinergia con mis clientes se hizo más fuerte que nunca.