Una tarde, un cañón de agua emergió en mi cocina, convirtiendo mi santuario en una zona de desastre. En mi búsqueda de un salvador, hallé el refugio digital de
fontanero a coruña. Prometían ser los guardianes contra las marejadas inesperadas. Al entrar en su página web, quedé cautivado por las historias de sus intervenciones heroicas. Con temor, pero con esperanza, llamé. El fontanero llegó como una ráfaga de aire fresco en medio de la tormenta. Con sus herramientas como armadura, luchó contra las tuberías rebeldes hasta restaurar la calma en mi hogar. Fontaneros A Coruña, los inesperados salvadores en mi hora de necesidad, ahora ocupan un lugar especial en mi lista de héroes domésticos.